Y no solo se dio cuenta un servidor, parece que los que me rodean también lo notan, hay quien lo ignora y hay quien me lo dice sin tapujos, obviamente, prefiero que me digan las cosas a la cara, al fin y al cabo es la única manera que tengo para corregir mis errores.
Supongo que tras años comiéndome los marrones solo, e interiorizando mis problemas la forma en la que intento cambiar, la terapia autoimpuesta, ayudada por este blog y ciertas personas, simplemente ha explotado, mi intención no ha sido nunca la de mezclar a la gente con mis problemas, es más disfruto si veo a la gente feliz.
Por ello y más cosas pido disculpas tanto a mi persona, a la que he traicionado vulnerando mis principios, aunque ello me lleve de nuevo a un sitio del que intentaba salir tanto como a los demás, a los que no hago más que aburrir.
Obviamente noto que estoy cambiando, ¿para bien? tal vez, pero precisamente esos cambios son las dos caras, o me lo callo todo o lo suelto todo, debería mantener en un plano distinto todo esto pero claro, es difícil cuando intentas lidiar con tanto y con tantos.
Hace tiempo dije que las conversaciones, tanto como intercambio libre d ideas y puntos de vista, mas que como discusiones absurdas me hacían sentir vivo, creo que debería rectificar, tras arduas sesiones he descubierto que lo que me hacen es evolucionarme como persona, siento que en cada conversación descubro una faceta de mi mismo, que luego doy forma para obtener soluciones coherentes a problemas inexistentes, vamos, que vivo en un estancamiento constante ya que la gente con ganas de hablar, en época de exámenes , sorprendentemente, escasea.
Las criticas siempre, y al menos en lo referente a mi persona, son bien recibidas, ya que tanto al actor de teatro solo le dicen que hace bien, nunca podrá mejorar su actuación tapando sus puntos flacos, a las personas los halagos no les sirven de nada, más que para aumentar su ego, y yo ando sobrado.
El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
Mark Twain
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