Musical

Me gusta la música, me gusta el teatro, me gusta el cine, me gusta hacer el payaso de vez en cuando, pero no lo mezclo todo. Es como si dijeras: me gusta el salmón y el chocolate, pues lo mezclo, no pega.
Pues para mí, los musicales son la desgracia de la interpretación, más abajo que los mimos.
Imaginemos la situación:
Escritor frustrado, con una botella de whisky en la mano, - uff, la mierda de historia que se me ha ocurrido solo da para 5 minutos, ¿que hago? ah claro! le meto 90 minutos de canciones descoordinadas y pedantes, 4 bailoteos, y me hago de oro viendo como ovejitas vienen a ver la mierda que acabo de soltar.
La música es un medio para transmitir un mensaje, no una excusa para alargar innecesariamente el sufrimiento.
Esa misma premisa siguen todas las películas clásicas de Disney, un argumento corto, pésimo e insulso, una cantidad horrible de canciones pastelosas, y 5 chistes fáciles de los secundarios cómicos que soportan todo el peso de la historia y generan abundantes ganancias por merchandising.
Y para mi desgracia, se ponen de moda de nuevo, hombre estúpido, que siempre tropiezas con la misma piedra.