Hablemos del trabajo del director de orquesta.
Cualidades requeridas en alguien que trabaje como director de orquesta no son ningún secreto, oído musical, solfeo, conocimientos perfectos del sonido de cada miembro de una orquesta, dotes organizativas, dotes de liderazgo, paciencia, sensibilidad, y la más importante: amor por la música.
Porque alguien que aparece, y solo marca el ritmo no consigue explotar al máximo el sonido que puedes conseguir con una gran orquesta.
Supongo que lo más impresionante de ser director de orquesta es encontrarte ahí, de espaldas al público (¿en algún otro espectáculo te encuentras así?), con un público exigente, con un grupo de profesionales, que le han dedicado su vida a la música delante y que dependen de ti, y mientras mueves las manos la música simplemente te rodea, de forma que cada ligero movimiento, cada dedo puedes... tocar la música.
Hay directores que son auténticos showman, que saben camelarse al público, supongo que también es el contexto, no es lo mismo actuar en el liceo que en el conciertazo, pero hay directores, que parece que realmente sienten la música y se nota, se nota como se mueven, como parecen querer alcanzar esa música que les rodea, y se les ve felices.
Entrada inspirada por este vídeo, atentos al final.
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2 comentarios:
Sinceramente.. a veces me sorprendo a mi mismo en ciertas canciones actuando... no... sintiendo como este señor lo sentía.
Me "mola" ver un director de orquesta que está tan metido en la música que está escuchando que parece que no ve a nadie más.
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